La nanotecnología es un término acuñado en 1974 por Norio Taniguchi, profesor de la Universidad de Ciencias de Tokio, y define una rama especifica de la ciencia y la tecnología aplicada dedicada al control de la materia a escala atómica y molecular, más precisamente nanométrica, donde se entiende por nanometro una billonésima parte de un metro.

Durante algún tiempo, las nanotecnologías y las aplicaciones han sido numerosas y en muchos campos: desde la medicina hasta la electrónica, para el desarrollo de circuitos y sensores, en el sector de la energía, para agregar combustibles o para crear células solares de alto rendimiento, solo para mencionar algunos.

En la construcción encuentran diversos usos: en materiales compuestos estructurales más ligeros y más resistentes, en materiales de revestimiento de bajo mantenimiento, en materiales cementosos de mayor rendimiento. Precisamente, el uso de nanomateriales en la composición del hormigón conducirá a reducciones significativas en las emisiones de CO2 y el uso de aislantes térmicos de alto rendimiento dará como resultado una mejora en la eficiencia energética.

Las aplicaciones de nanotecnologías en productos y materiales de construcción son numerosas incluso si el desarrollo más prometedor y amplio tendrá lugar en los próximos años. Sin embargo, hoy en día ofrecemos productos a base de nano moléculas para tratar (modificando sus prestaciones) pisos, paredes, ventanas y otras superficies, lo que los hace más resistentes: al agua, al sucio, al calor, a bacterias y a virus.

En tema de aislamiento térmico, por ejemplo, para entender bien cuál es su funcionamiento y como las nanomoléculas (miles de millones) pueden ser nuestro aliado importante en la reducción de la transmisión del calor y las pérdidas en invierno, se aconseja también leer nuestra página cómo somos afectados por los rayos solar.  De esa manera todo resultará mucho más claro.

En el mercado global podemos encontrar nanopartículas de metales: platino, plata, cobre, níquel, titanio, hierro, hasta oro.